Sentirte desconectada de tu cuerpo es una forma en que tu mente te pide descanso.
Puede aparecer cuando vives en automático, sin espacio para escucharte o sentirte presente.
No significa que algo esté mal contigo, sino que tu cuerpo te está recordando la importancia de reconectarte con lo que sientes, desde la calma y el amor.
¿Alguna vez sentiste que hacías todo sin realmente estar ahí?
Cumples tus tareas, cuidas a los demás, avanzas con la rutina…y al final del día, te das cuenta de que todo pasó sin que realmente lo sintieras.
Esa sensación de desconexión es la forma en que tu cuerpo te pidete pide una pausa y atención, pero no siempre es visible para los demás. Sigues funcionando, pero dentro de ti hay una voz que dice: “Ya no puedo más.” Y reconocerlo es el primer paso para volver a sentirte presente en ti.
¿Por qué me siento desconectada de mi cuerpo?
Entre el trabajo, la familia y las exigencias diarias, muchas veces tratamos a nuestro cuerpo como una lista de tareas: dormir más, comer mejor, movernos más. Y poco a poco, dejamos de notar cómo nos sentimos dentro de él.
Cuando pasas por momentos de cansancio acumulado, estrés o cambio emocional, puede aparecer esa sensación de extrañeza o de estar fuera de ti, pero esto no es debilidad; es tu cuerpo diciéndote que necesita espacio, descanso y cuidado real.
Si sientes esto con frecuencia, leer también Cómo empezar a sentirte cómoda en tu cuerpo, para dar los primeros pasos de reconexión desde lo cotidiano.

Señales de que tu cuerpo pide atención
La desconexión no siempre llega como una crisis; a veces empieza con pequeños avisos y puede manifestarse en cosas simples, como:
- Dificultad para dormir o descansar.
- Cansancio físico constante, aunque duermas bien.
- Cambios en el apetito o en el deseo.
- Falta de energía para disfrutar lo que antes te hacía bien.
- Mirarte al espejo y no reconocerte del todo.
Cada una de estas señales es una invitación a detenerte y escucharte.
No se trata de resolverlo todo, sino de dar un paso hacia una conexión más consciente contigo.
3 formas de empezar a reconectar contigo
Reconectar con tu cuerpo no ocurre de inmediato; se construye con pequeños gestos de atención y amor.
Aquí tienes tres formas sencillas de empezar:
1. Escucha lo que sientes, sin juicio
Dedica unos minutos al día a preguntarte:
¿Cómo me siento hoy en mi cuerpo?
¿Qué necesito en este momento?
No busques respuestas perfectas.
A veces, solo reconocer “hoy me siento agotada” ya es un acto de presencia.
Escucharte es la primera forma de reconexión.
2. Haz un gesto que sea solo para ti
No tiene que ser un ritual largo o complicado. Puede ser algo tan simple como:
- Tomar un café sin mirar el celular.
- Respirar profundo unos minutos antes de dormir.
- Escribir una línea en tu diario para dejar salir lo que sientes.
Cada pequeño gesto dice: “Yo también importo.” Y ese recordatorio es el inicio de una nueva relación contigo.
3. Reconoce lo que tu cuerpo ya hace por ti
Tu cuerpo no necesita ser perfecto para merecer gratitud.
Aun en los días difíciles, te sostiene, te acompaña y te permite sentir.
Puedes decírtelo en voz alta:
- “Gracias por sostenerme hoy, aunque estuve cansada.”
- “Gracias por darme fuerza para seguir adelante.”
- “Gracias por permitirme sentir, incluso cuando duele.”
Reconocer lo que tu cuerpo hace es una forma profunda de reconexión interior.
Reconectarte con tu cuerpo lleva tiempo
Recuperar la conexión con tu cuerpo no sucede de la noche a la mañana.
No hay un día exacto en el que dejes de exigirte, pero sí hay pequeños pasos que, con constancia, te acercan a sentirte en conexión contigo misma.
Si hoy sientes que podrías abrir ese espacio, te invito a la experiencia gratuita “5 días para empezar a elegirte”. Durante cinco días, recibirás ejercicios simples para reconectarte con tu cuerpo y emociones, sin exigencias ni juicios.
Porque no se trata de transformarte, sino de aprender a sentirte presente en ti, con calma y confianza.
Preguntas frecuentes sobre sentirme desconectada de mi cuerpo
Es cuando vives en automático y te cuesta sentirte presente en lo que haces.
No es una falla, sino una señal de que necesitas reconectarte contigo desde el descanso y el amor propio.
Porque has estado demasiado enfocada en las exigencias externas, dejando poco espacio para escucharte.
Esa desconexión aparece cuando tu cuerpo y tus emociones piden atención.
Puedes notar cansancio constante, dificultad para disfrutar o sensación de estar “en piloto automático”.
Son avisos de que necesitas una pausa para sentirte nuevamente presente en ti.
Con gestos simples como respirar con conciencia, descansar sin culpa o moverte.
Pequeños momentos de presencia pueden ayudarte a recuperar tu conexión interior.
Empieza por darte tiempo y cuidado. Haz algo que te ancle al presente: caminar sin prisa, escuchar música o tocar tu piel con atención.
Tu cuerpo solo necesita ser escuchado.
Sí, muchas mujeres lo experimentan en momentos de estrés, cambios o agotamiento.
No es algo que deba preocuparte, sino una oportunidad para cuidarte con más presencia.
El cansancio mejora con descanso físico; la desconexión emocional requiere pausa, presencia y cuidado.
Escuchar tu cuerpo te ayuda a distinguir entre ambos.


