Sentirte incómoda en tu cuerpo también es una señal

¿Cuándo fue la última vez que te miraste al espejo sin criticarte? Tal vez ya es parte de la rutina observarte rápidamente y enfocarte en lo que no te gusta, no necesariamente con dureza, pero sí con una mirada que señala lo que crees que no encaja.

Y te cuesta recordar cuándo fue la última vez que te miraste con cariño, no desde la exigencia, sino desde el reconocimiento.

Esa desconexión con tu cuerpo puede sentirse más de lo que se nota.y aunque sigues con todo lo demás el trabajo, la rutina, los cuidados..etc, algo en ti se ha ido apagando.

Porque no se trata solo de “verse bien”, sino de volver a sentir que estás en ti.

¿Por qué cuesta tanto mantener una relación positiva con el cuerpo?

Porque desde muy temprano nos enseñaron a mirar nuestro cuerpo desde afuera.
A corregirlo. A adaptarlo. A compararlo.

Y sin darnos cuenta, fuimos dejando de habitarlo como algo propio.
La estima por nuestro cuerpo empezó a depender de cuánto se parecía a lo esperado.

Entonces, cuando el cuerpo cambia ya sea por el paso del tiempo, las vivencias o el cansancio, esa mirada externa se vuelve más dura.

Y empiezas a sentirte extraña en tu propia piel, aunque nadie más lo note.

Mujer frente al espejo tocando su rostro con ternura, en un momento de autoobservación silenciosa

Cuando la imagen en el espejo deja de parecer tuya

No hace falta una gran crisis para que ocurra.
A veces es solo el paso de los días, la acumulación de silencios o el cansancio de sostener tanto sin espacio para ti.

Te miras y no encuentras la misma expresión, o no sabes si lo que ves todavía representa quién eres, generandote vergüenza, tristeza o una sensación de desconexión, como si tu cuerpo ya no hablara el mismo idioma que tú.

Pero esa incomodidad, por difícil que sea, también puede ser una puerta de entrada, un primer aviso de que algo dentro de ti necesita ser mirado con más cuidado.

¿Y si pudieras empezar a mirarte distinto?

No necesitas amar cada parte de ti de inmediato. Solo empezar a salir del juicio automático.

Aquí te comparto tres invitaciones pequeñas para abrir esa posibilidad:

1. Dejar de preguntarte si estás “bien” y empezar a preguntarte si estás en paz

Cada vez que te mires, en lugar de preguntarte si luces bien, pregúntate:

  • ¿Cómo me estoy sintiendo hoy en mi cuerpo?
  • ¿Estoy siendo amable conmigo al mirarme?

Este cambio de enfoque abre espacio para una relación más presente contigo, incluso si aún hay incomodidad.

2. Cambiar el foco de “cómo luzco” a “cómo me trato”

En lugar de centrarte en los cambios que no te gustan, puedes preguntarte:

  • ¿Me estoy hablando con cariño?
  • ¿Estoy tratándome como alguien que merece atención?

Porque la relación con el cuerpo no se mide por apariencia, sino por la forma en que te acompañas incluso en los días más inseguros.

3. Reconocer lo que tu cuerpo te ha permitido vivir

No necesitas forzar gratitud, solo debes reconocer lo que tu cuerpo ya ha hecho por ti hoy. Por ejemplo:

  • “Hoy me sostienes, incluso cuando me siento cansada.”
  • “Me permites estar para los demás, aunque me cueste.”
  • “Sigues aquí, acompañándome, a pesar de todo.”

Nombrar esos gestos cotidianos, por pequeños que sean, es una forma de reconectar contigo. No para idealizar tu cuerpo, sino para recordarte que mereces tu propio cuidado, incluso en medio de la incomodidad.

Reflejo de una mujer mirando su imagen con calma, representando el proceso de reconectar con la autoestima corporal

Reconstruir la relación contigo no es un cambio instantáneo

No hay una fecha exacta en la que dejes de juzgarte ni un momento perfecto para empezar.

Solo hay pequeños gestos que, poco a poco, te devuelven a ti. Y ese regreso comienza cuando dejas de exigirte una versión ideal y eliges mirarte con más cariño, incluso en lo que aún te cuesta.

Si hoy sientes que podrías darte un espacio para empezar, Renace en tu cuerpo puede ser ese primer paso: una guía práctica y amorosa para volver a mirarte desde la presencia y la ternura, sin presión.

Porque no se trata de transformarte, sino de volver a sentirte tuya, a tu ritmo.

Preguntas frecuentes sobre autoestima corporal

¿Es normal sentir rechazo hacia mi cuerpo aunque no haya cambiado mucho?

Sí. A veces el cambio no es externo, sino interno: acumulación de exigencias, cansancio o desconexión emocional. No necesitas justificar lo que sientes para validarlo.

¿Qué puedo hacer si no me gusta lo que veo en el espejo?

Empezar por no exigirte una solución inmediata. Un gesto pequeño como cambiar la forma en que te hablas o darte unos segundos de pausa frente al espejo, puede ser el primer paso hacia una relación más compasiva contigo.

¿Renace en tu cuerpo me puede ayudar?

Sí. Es una guía práctica que te invita, sin presión, a reencontrarte con tu imagen desde el cuidado, la presencia y la ternura. A tu ritmo.

comentario
Cata de SoyLunavia

Sobre la autora

Soy Cata, creadora de SoyLunavia y tu compañera en este camino de regreso a ti. Desde mi historia personal y mi formación en salud, acompaño a mujeres que se han postergado a reconectar con su cuerpo, su deseo y su forma única de sentirse vivas, sin presión y a su ritmo.

escribe tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

{"email":"Email address invalid","url":"Website address invalid","required":"Required field missing"}