Sientes que no quedas ni al final… sino fuera de la lista.
Hay días en que cuidar a los demás, resolver lo urgente y sostener lo cotidiano parece ocuparlo todo, y cuando por fin hay un momento para ti, ya no queda energía ni deseo. Poco a poco, postergarte se vuelve costumbre y elegirte parece un lujo que no puedes darte.
Pero no lo es. Elegirte no es egoísmo, tampoco significa dejar de amar o cuidar a otros, si no recordar que tú también necesitas de ti.
¿Por qué me cuesta tanto ponerme en primer lugar?

Porque desde pequeñas aprendimos que lo correcto era dejarnos para después. Aprendimos a dar, a estar disponibles, a priorizar lo urgente de quienes más queremos.
Y así, con el tiempo, fuimos quedando fuera de la ecuación.
No porque no seamos importantes… sino porque NO nos enseñaron a tratarnos como prioridad.
Elegirte empieza por cuestionar esa idea que dice que solo vales cuando das a los demás.
¿Qué pasa cuando siempre me postergo?
Cuando te postergas, tu cuerpo se cansa, tu emoción se apaga y tu deseo empieza a silenciarse. Puede que sigas cumpliendo, acompañando, trabajando… pero por dentro algo se va desconectando.
Y quizás te escuches diciendo:
- “Ahora no tengo tiempo para mí.”
- “Después me organizo.”
- “Cuando todo esté más tranquilo, me voy a ocupar de eso.”
Pero ese “después” rara vez llega, y tú sigues quedando para el final.
Elegirte no es abandonar, es regresar
No significa alejarte de todo, ni poner límites con rigidez, ni decir que no a quienes amas.
Elegirte es empezar a tratarte como alguien que también importa, alguien que también necesita cuidado, pausa, silencio y cariño.
Y sí, puedes hacerlo sin sentir que estás fallando a nadie, porque el mundo que cuidas también se sostiene mejor cuando tú estás bien contigo.
¿Cómo empezar a elegirme sin sentir que estoy fallando a los demás?

No tienes que hacerlo perfecto ni todo de una vez. Solo necesitas abrir una pequeña puerta que diga: “yo también merezco un espacio en mi día.”
Aquí te dejo tres gestos para empezar ese camino:
1. Nombrar lo que estás necesitando sin juzgarte
Puedes decirte:
«Hoy necesito silencio.»
«Hoy me hace falta un abrazo.»
«Hoy no quiero explicarle nada a nadie.»
Nombrarlo es una forma de volver a ti, de reconocer lo que estás sintiendo en lugar de seguir ignorándolo.
No necesitas explicarlo ni convencer a nadie, porque lo que sientes es real, y eso ya merece tu cuidado.
2. Reservarte un momento, aunque sea breve, solo para ti
No tiene que ser perfecto ni durar mucho, solo tiene que ser tuyo.
Puede ser un café en silencio, una canción que te haga sentirte acompañada, o cinco minutos sin pantalla ni pendientes.
Ese gesto, por pequeño que parezca, es una forma de recordarte que tú también estás aquí.
3. Cambiar una pregunta interna
En lugar de preguntarte: “¿Estoy haciendo suficiente para los demás?”, prueba con: “¿Hoy me di aunque sea un momento a mí misma?”
No se trata de exigirte otra cosa más que hacer, es una forma de empezar a incluirte en tu propio día, aunque sea con algo pequeño.
Porque darte ese lugar, aunque sea por unos minutos, también es una forma de cuidarte.
Y si empezaras por un gesto hacia ti
No necesitas estar bien para empezar, ni tener todo resuelto.
Solo necesitas empezar a aparecer en tu propia lista, aunque sea como recordatorio, como gesto, como presencia.
Y si sientes que eso te cuesta, está bien, porque a muchas nos pasa, pero por eso cree un espacio pensado para acompañarte en ese primer paso.

Te invito a regalarte 5 días para volver a ti.
5 días para empezar a elegirme, es una experiencia gratuita pensada en acompañarte a reconectar contigo misma sin exigencias. Un momento al día, solo para ti.
No necesitas cambiarlo todo. Solo empezar a darte un poco de ti.
Preguntas frecuentes sobre elegirme y priorizarme
Es reconocer que tú también importas. Elegirte no es egoísmo, es un gesto de respeto hacia ti y puedes empezar con pequeños espacios de cuidado personal.
Porque aprendimos que estar para los demás era más valioso que estar para nosotras mismas. Romper con esa creencia requiere cariño, tiempo y nuevas formas de mirarte.
No hace falta hacerlo todo perfecto, puedes empezar por reconocer lo que necesitas y darte un momento al día solo para ti, sin justificarlo.
Sí. Elegirte no significa excluir a los demás, significa incluirte también a ti, con el mismo amor y dedicación que das hacia los que más quieres.
A veces sientes que ya no sabes cómo estar contigo. Pero aún puedes comenzar. Con gestos sencillos, puedes recordarte que estás viva, y que mereces tu propio tiempo.
