Volver a sentir deseo no es recuperarlo, porque nunca se fue. Es reconectar con algo que ya existe en nosotras, pero que a veces queda opacado por el cansancio, la autoexigencia o la desconexión emocional.
Cuando vuelves a mirarte con más amabilidad, esa energía interna reaparece de forma natural, sin presión y a tu ritmo.
¿Qué pasa cuando siento que mi deseo se apagó?
El deseo no desaparece; simplemente queda oculto detrás del agotamiento, las rutinas y la presión de “estar bien”. No significa que haya algo mal en nosotras, sino que quizá llevamos mucho tiempo en automático, sin escucharnos ni notar lo que necesitamos.
El deseo no empieza en los espacios compartidos con la pareja, sino en la forma en que nos miramos, nos hablamos y nos acompañamos internamente.
Si quieres profundizar en cómo funciona el deseo desde un lugar más auténtico y emocional, este artículo puede ayudarte: Cómo cultivar un deseo auténtico
El deseo reaparece cuando recuperamos comodidad con nosotras mismas, sin expectativas ni obligación.

Cómo volver a sentir deseo sin presionarte
El deseo no es una meta que debas alcanzar; es un regreso hacia algo que ya existe en tí.
No se trata de esforzarte, sino de escucharte con más más presencia y honestidad para que esa energía pueda volver a aparecer a tu propio ritmo.
Puedes leer también Cómo reconectarte contigo misma.
1. Mírate sin juicio, incluso si hoy te cuesta conectar con tu cuerpo
No se trata de forzar nada, sino de darte un momento para sentir.
Puedes preguntarte:
- ¿Cómo me siento hoy en mi cuerpo?
- ¿Qué necesito: descanso, pausa o un poco de cuidado?
Escucharte sin esperar un resultado inmediato ya abre un pequeño espacio interno.
El deseo suele aparecer donde hay menos exigencia y más presencia.
2. Permítete momentos que te acerquen a ti
El deseo crece desde la conexión, no desde la presión. Regálate momentos que te devuelvan presencia, como:
- una caminata tranquila,
- una ducha consciente,
- una pausa para respirar profundamente,
- música que te acompañe,
- o simplemente descansar sin culpa.
Estos gestos cotidianos te recuerdan que tu cuerpo sigue siendo un lugar donde puedes volver a sentirte viva.
3. Muévete para volver a sentirte en ti
A veces no necesitas pensar más, sino sentirte más.
No hacen falta técnicas ni prácticas intensas. Solo gestos suaves como:
- estirarte lentamente,
- caminar despacio,
- balancearte con tu respiración,
- mover tus brazos o tu torso de forma libre para encontrar calma.
Son movimientos que te devuelven presencia corporal y, de a poco, el deseo empieza a encontrar su propio espacio.
El deseo propio no se impone, se redescubre
Volver a sentir deseo no significa recuperar una versión anterior de ti, significa reconocer cómo estás hoy y qué necesitas realmente.
Cada vez que eliges descansar sin culpa, darte un momento para respirar o mirarte con más amabilidad, estás nutriendo esa energía interior desde un lugar auténtico.
Porque el deseo no nace de la exigencia sino del encuentro emocional contigo misma.
Si hoy sientes que quieres abrir ese espacio, te invito a vivir la experiencia gratuita “5 días para empezar a elegirme”, una invitación para reconectar con lo que te hace bien.
Preguntas frecuentes sobre cómo volver a sentir deseo
El deseo puede apagarse por cansancio, estrés o desconexión emocional. No es una falla personal, sino una señal de que tu energía necesita más espacio y cuidado.
Empieza por escucharte con calma. El deseo reaparece cuando te sientes más presente, acompañada y tranquila por dentro. No necesitas forzar nada; solo darte un espacio real.
Sí. El deseo fluctúa según las etapas de tu vida, tu energía y tu bienestar. No se trata de obligación, sino de conexión.
Antes de enfocarte en la relación, observa cómo te estás sintiendo tú. Cuando tienes más claridad emocional, la intimidad compartida fluye con más naturalidad.
Es completamente normal. Tu cuerpo evoluciona contigo. Una mirada más amable, realista y compasiva puede ayudarte a recuperar cercanía y seguridad.


